Ahí donde el desierto cobra vida y florece. Ahí donde cuatro generaciones han trabajado el olivo. Ahí nace Payantume.

Esta empresa familiar ubicada en la zona de Huasco Bajo va en la cuarta generación directamente involucrada en el cultivo del olivo. A fines de los 90, el matrimonio compuesto por Robinson González y Elsa Miranda decidió modernizar la almazara tradicional que tenía la familia e importó una máquina extractora italiana, iniciando así la era actual de Payantume.

Mientras sus niños corrían por el campo, entre los dos levantaron una empresa que hoy es emblema del Valle del Huasco. Esos niños son quienes hoy lideran diferentes áreas de la empresa, una nueva generación que ha hecho cambios importantes en la comercialización y el diseño, mostrando una marca muy conectada con la tradición de la zona, pero con un look moderno y llamativo.

Recientes innovaciones en la línea de producción han permitido que Payantume haya logrado tres veces ya el sello de Denominación de Origen Valle del Huasco (2022, 2021 y 2022), además de importantes reconocimientos internacionales.

El equipo directivo sigue conformado por Robinson y Daniela, liderando respectivamente las 2 grandes áreas de Payantume: Campo/Producción y Administración/Ventas, apoyados por trabajadores de confianza y otros miembros de la familia en épocas peak como cosecha o temporada alta.

Además, destacan el apoyo técnico de Inia Intihuasi e Indap que les ha permitido seguir creciendo y mejorando en la calidad de sus aceites.

Los aceites de Payantume provienen de las dos variedades clásicas de la zona, Manzanilla y Sevillana, y la empresa resume su éxito en tres puntos claves:

Tradición olivarera

Innovación

Origen.

Respecto a este último punto, Payantume ha sido uno de los principales impulsores de la creación de la Denominación de Origen Valle del Huasco, y representan con orgullo las raíces de esta tierra. Nos pone muy contentas de tener la distribución casi exclusiva de este productor familiar en Santiago.