El aceite de oliva extra virgen puede ser tu mejor invitado para los platos veraniegos, pero debes tener ojo con algunos cuidados básicos para que no pierda sus propiedades.

Tiempo de relajo, de pausa, de bajar el ritmo: ir a la playa sin apuro, largas caminatas en medio de la naturaleza, noches de cartas y tardes que pasan lento mirando el lago. Sea cual sea el descanso que elijas, incluso si no son vacaciones lejos de casa, el verano nos invita a disfrutar sus sabores y esos días cálidos, con atardeceres que no terminan nunca.

Salen los picoteos, se arman juntas de amigos, se prende la parrilla, y ahí estará tu fiel aceite de oliva para hacer todo más sabroso. Pero, ¿sabes que tienes que cuidarlo especialmente en esta época para no perder sus cualidades de aroma y sabor?

El aceite de oliva extra virgen se oxida fácilmente con la exposición a la luz, el oxígeno y las altas temperaturas. Incluso dentro de una botella oscura, debes protegerlo de estos tres enemigos. Acá te dejamos algunos tips:

1) Jamás lo pongas en la ventana de la cocina o cerca de una luz directa. Tampoco cerca del horno o de una fuente de calor. Prefiere un mueble cerrado, fresco y oscuro, y sácalo sólo al momento de usar.

2) Al llevarlo a la mesa, especialmente a la terraza, ten cuidado que no quede expuesto al sol. Además de recibir toneladas de luz, se va a calentar.

3) Mucho ojo con dejar la botella abierta. Es importante que cierres bien la tapa cada vez que lo uses.

4) Te recomendamos no usar alcuzas, ya que el cambio de envase también implica una exposición al oxígeno que es preferible evitar. Piensa que es como si llevaras el vino en un jarro en vez de su propia botella, te pierdes parte de la experiencia y dejas a tus invitados sin información del productor, variedad, origen, etc.

Y este es nuestro tip principal: si de verdad te quieres asegurar de tener buen aceite de oliva para todos esos platos de verano, llévalos desde casa. La oferta en regiones, especialmente en lugares de vacaciones es limitada, y nada te asegura que va a ser aceite fresco (¡tenemos cada historia para contarte!).

Haz una selección de dos o tres aceites que te gusten: uno para la cocina y el uso cotidiano, uno más suave para picoteos y platos frescos, y otro más intenso para carnes y preparaciones calientes o más condimentadas. Con esto estarás cubierta para disfrutar el mejor verano de todos.